2010/10/25

El adios de Metalium. 24/10/2010 sala Studio 21

Supongo que acudir a la gira de despedida de un grupo no es algo habitual, y menos aun ser testigo de lo que parece ser la última actuación de una banda. El caso es que me toco (nunca mejor dicho) acudir al que se suponia que fue el adios definitivo de los guerreros teutones Metalium, en la sala Studio 21 de Donostia. Y uno trata de imaginar todos los pensamientos que deben pasar por la cabeza de un músico cuando decide dar carpetazo a una etapa de su vida y se es consciente de que te subes por última vez a un escenario para defender unas canciones en las que has puesto toda tu pasión y alma durante más de 12 años.
Reconozco que nunca he sido fan del grupo (para mi el power metal murió cuando a Timmo Tolki se le terminó de ir la olla), así qUE más bien acudí al recinto con la única expectativa de disfrutar de una buena dosis de heavy aguerrido y melódico, de levantar puños y corear estribillos megaépicos.
Pero antes los lapurtarras Ilungara se dedicaron a animar al personal con la que fue la propuesta más cercana al power clásico de la noche. Dinámicos, con una técnica depurada, y unas trabajadas lineas melódicas apoyadas en un cantante más que solvente y cualidades de frontman, pusieron el listón de entrada realmente alto. Despues seguirían los Barceloneses Kilmara, que se entregaron al máximo dando una racion de metal algo más dura, y unas voces que se movian en registros medios. Protagonizaron la anectota de la noche cuando uno de sus guitarristas tuvo que retirarse al camerino por un problema técnico con la guitarra, teniendo que para ello, pasar por en medio de todo el público. Cuando regreso se llevo una de las grandes ovaciones del evento.
Y finalmente turno para las estrellas de la noche. Abrieron a matar con Fight, y sabiendo que era su última noche, salieron enchufadisimos, sin ahorrar ni una gota de sudor, dispuestos a encender a toda la parroquia ahí presente. Henning Basse se lucio de lo lindo con una voz potente, llegando esos agudos tan tipicos del speed metal con una facilidad pasmosa. Pero sin duda aquella era la noche de Lars Ratz, y no tardo en contagiarnos ese entusiasmo de alguien que ha creido firmemente en un grupo, unas canciones y un estilo de música al que ha dedicado su vida. Cayeron algunos clasicos populares como Rasputin, Heavy Metal o su particular himno Metalium. Se despidieron por todo lo alto, tras los bises, cerrando con una acelerada version del Smoke on The Water (con guiño al Balls to the Walls incluido).
La verdad, es que me lo pase como un enano, enfundado en mi traje de true metalero que no me ponía hacía tiempo. Una noche para el recuerdo, que al parecer hay planes de editar en CD en 2011, y que por supuesto pienso comprarme.
Com dijo Lars Ratz, defendiendo la causa del metal: if you don´t like it... FUCK YOU!!!!

2010/10/23

Das Lied von der Erde


Lo que son las cosas, hacia un monton de años que no oía esta maravillosa pieza, pero hace poco mi padre me pregunto por una parte concreta del texto cuya traduccion no estaba clara en su versión. Y entonces me di cuenta del tiempo que este CD lleva acumulando polvo en un estante. La verdad es que me están entrando ganas de reescuchar toda la musica de Mahler que tengo.
Pero bueno, me parece que me estoy disopersando un poco. El caso es que estamos ante una de las cimas de la (por clasificarla de algun modo) musica romántica tardía. La verdad es que la definicion no es correcta del todo, ya que si bien Mahler hizo uso del lenguaje musical más romántico (con clara influencia de Wagner), su musica trascendio caulquier límite preestablecido y ayudo a abrir los caminos que conducirían a la revolucion del lenguaje muscial que se daría en pleno siglo XX.
Un músico personal como pocos, capaz de plasmar en sus obras todas sus inquietudes sobre lo humano y lo divino, sus vivencias personales (musica biográfica lo llamarían algunos), y con una capacidad para evocar emociones pocas veces vista. En esta "Canción de la Tierra", que toma como base unos antiguos poemas chinos (que como despues se sabría, de una traducción defectuosa), fue una de las últimas que compuso y en ella encontramos algunos de sus rasgos más característicos, una gran orquesta tratada como si de un conjunto de camara se tratase, la evocacion de la naturaleza, la inclusion de elementos musicales populares (en este caso adornadas con alguna pinzelada oriental), y ese adagio final, Der Abschied, cuyos últimos versos compuso el propio Mahler y resumen el mensaje que quiso dejarnos uno de los últimos grandes:
En todos los confines la amada tierra florece en primavera y se torna verde de nuevo. En todos los confines y eternamente, brillan azules los distantes horizontes: eternamente...eternamente...
Si ademas tenemos la suerte de contar con una grabacion tan excepcional como esta, estamos hablando de una escucha obligada